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Saturday, May 31, 2008

Mi Lugar (Por yHx)

Hola a todos.

El lugar que elegí es el castillo de Neuschwanstein, en la región de Baviera, Alemania. Lo elegí porque un tío mío que se fue de viaje a Europa no me paraba de comentar lo maravillado que se quedó con ese lugar e insistió en que si alguna vez fuera a Europa, que lo primero que haga sea este lugar.

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Información del Lugar:

Neuschwanstein ("Nuevo Cisne de Piedra" en alemán), situado en Baviera, Alemania, es uno de los castillos neoclásicos más conocidos. Mandado a construir por Luis II de Baviera en el año 1866, originalmente conocido como "el nuevo Hohenschwangau", (en honor al castillo de tal nombre, donde el rey pasó gran parte de su infancia), su nombre fue cambiado tras la muerte del rey.

El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en la que los castillos y las fortalezas no eran necesarias desde el punto de vista estratégico. En lugar de ello, nació de la pura fantasía: una bella y romántica composición de torres y muros en perfecta armonía con las montañas y los lagos. La combinación de varios estilos arquitectónicos y la artesanía interior ha inspirado a generaciones de adultos y niños. Este castillo es un gran tributo a la fantasía y la imaginación, producto en gran medida de la mente de un escenógrafo teatral, que evoca la imagen de un glorioso cisne surgido del lago a sus pies.

El rey exigió dos condiciones en su construcción: primero, que fuera edificado por trabajadores bávaros y con materiales bávaros, sin apenas excepciones, lo que favoreció la creación de una poderosa artesanía en Baviera, que ha hecho de ella uno de los mayores enclaves industriales de Alemania. Y segundo, que por fuera se asemejase a los castillos de los cuentos de hadas que tanto admiraba en su juventud, mientras que por dentro contuviera todos los avances tecnológicos de la época.

Así, ambas exigencias se cumplieron: el castillo asemejó tanto los relatos tradicionales alemanes que fue elegido por la Disney como modelo para el castillo de La Bella Durmiente (1959)el cual es el principal símbolo (de hecho, hay una réplica en este parque) de Eurodisney. Por dentro, además de continuas referencias a estos cuentos o a diversas leyendas y personajes medievales, contiene una completa red de luz eléctrica, el primer teléfono móvil de la historia (con una cobertura de seis metros), una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci, y maravillosas vistas y paisajes a los Alpes, incluyendo una encantadora cascada que podía contemplarse desde la habitación del monarca.

Luis II deja la capital bávara, Munich, y se instala permanentemente en el castillo en 1884 supervisando su construcción, en concreto desde unas escaleras que constituían el lugar favorito para seguir los avances obtenidos. Por no tomar medidas ante las amenazas por parte de la banca extranjera de embargar sus propiedades, es incapacitado en 1886 y muere ahogado en un lago cercano en extrañas circunstancias. Es por eso que el castillo curiosamente no tiene trono.

Los descendientes de Luis II vendieron el castillo al gobierno bávaro, pasando más tarde al alemán. La cantidad por la que lo vendieron iguala a los ingresos anuales actuales que el castillo obtiene de los turistas que vienen a visitarlo.

El castillo tiene tal cantidad de objetos y piezas de arte incalculables hechos con los más caros materiales, que no se pueden siquiera sacar fotos en el interior del castillo por seguridad.

Historia de Luis II de Baviera:

Luis II de Baviera, Ludwig II von Bayern (en alemán) o Ludwig Otto Frederik Wilhelm von Wittelsbach (nombre completo) (1845-1886), fue un príncipe bávaro y rey de Baviera de 1864 a 1886.

El monarca sucedió a su padre, el rey Maximiliano II de Baviera, en el año 1864 a la edad de 18 años. Tuvo siempre como ideal los reinados absolutos y quiso reconciliar a los estados alemanes. Pronto surgieron dos problemas; la espectativa de engendrar un heredero y las relaciones con Prusia. Debido a la desilusión de gobernar en su época, Luis II se fue retirando cada vez más de la capital constitucional, Munich, en que debía residir un número mínimo de meses al año, cumpliendo tan sólo el mínimo exigible, y haciendo que sus ministros se dirigieran al castillo de Neuschwanstein, donde residía habitualmente, para firmar las leyes propuestas por éstos.

Su vida excéntrica originó su declaración de incapacidad para gobernar (aunque la rumorología apunta a que esto no fue sino una estratagema familiar en busca de arrebatarle el trono) y pasó sus últimos días bajo atención psiquiátrica. Su muerte se produjo en el lago de Starnberg el 13 de junio de 1886. Por la tarde-noche Luis pidió pasear con su médico-psiquiatra Gudden (quien le había diagnosticado una Esquizofrenia paranoide). Éste aceptó de buen grado y mandó a los guardias que no les siguiesen, ya que confiaba en Luis debido a su reciente recuperación. Los dos hombres nunca volvieron y fueron encontrados ahogados dentro del lago Starnberg a las 23.30. La muerte estuvo bajo sospecha de todos, de hecho, Luis era un gran nadador, y se dice que fueron dos hombres los que "amablemente" le acompañaron hasta el lago.

No obstante, la otra versión de la historia dice que la propia construcción de Neuschwanstein (donde acabó viviendo al final de su vida, supervisando su edificación) desmonta la supuesta locura del gobernante, la cual no sería sino una distorsión de su figura a posteriori realizada por los que le robaron el trono. Aunque puede que lo hayan asesinado por la severa explotación a sus súbditos bavaros,la construcción de este palacio, que Luis exigió que estuviera hecho de cabo a rabo por trabajadores bávaros, con materiales bávaros, sin apenas exportaciones extranjeras, desarrolló una poderosa artesanía que hace que, hoy por hoy, Baviera siga siendo uno de los enclaves industriales más poderosos de Alemania, haciendo que en el año 2006, con una crisis económica y de empleo galopante en toda Alemania, Baviera sólo posea un 5% de trabajadores parados.

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Historia: "La Bella Durmiente"

"Èrase una vez... una reina que dio a luz una niña muy hermosa. Al bautismo invitó a todas las hadas de su reino, pero se olvidó, desgraciadamente, de invitar a la más malvada. A pesar de ello, esta hada maligna se presentó igualmente al castillo y, al pasar por delante de la cuna de la pequeña, dijo despechada: "¡A los dieciséis años te pincharás con un huso y morirás!" Un hada buena que había cerca, al oír el maleficio, pronunció un encantamiento a fin de mitigar la terrible condena: al pincharse en vez de morir, la muchacha permanecería dormida durante cien años y solo el beso de un joven príncipe la despertaría de su profundo sueño. Pasaron los años y la princesita se convirtió en la muchacha más hermosa del reino. El rey había ordenado quemar todos los husos del castillo para que la princesa no pudiera pincharse con ninguno. No obstante, el día que cumplía los dieciséis años, la princesa acudió a un lugar del castillo que todos creían deshabitado, y donde una vieja sirvienta, desconocedora de la prohibición del rey, estaba hilando. Por curiosidad, la muchacha le pidió a la mujer que le dejara probar. "No es fácil hilar la lana", le dijo la sirvienta. "Mas si tienes paciencia te enseñaré." La maldición del hada malvada estaba a punto de concretarse. La princesa se pinchó con un huso y cayó fulminada al suelo como muerta. Médicos y magos fueron llamados a consulta. Sin embargo, ninguno logró vencer el maleficio. El hada buena sabedora de lo ocurrido, corrió a palacio para consolar a su amiga la reina. La encontró llorando junto a la cama llena de flores donde estaba tendida la princesa. "¡No morirá! ¡Puedes estar segura!" la consoló, "Solo que por cien años ella dormirá" La reina, hecha un mar de lágrimas, exclamó: "¡Oh, si yo pudiera dormir!" Entonces, el hada buena pensó: 'Si con un encantamiento se durmieran todos, la princesa, al despertar encontraría a todos sus seres queridos a su entorno.' La varita dorada del hada se alzó y trazó en el aire una espiral mágica. Al instante todos los habitantes del castillo se durmieron. " ¡Dormid tranquilos! Volveré dentro de cien años para vuestro despertar." dijo el hada echando un último vistazo al castillo, ahora inmerso en un profundo sueño.En el castillo todo había enmudecido, nada se movía con vida. Péndulos y relojes repiquetearon hasta que su cuerda se acabó. El tiempo parecía haberse detenido realmente. Alrededor del castillo, sumergido en el sueño, empezó a crecer como por encanto, un extraño y frondoso bosque con plantas trepadoras que lo rodeaban como una barrera impenetrable. En el transcurso del tiempo, el castillo quedó oculto con la maleza y fue olvidado de todo el mundo. Pero al término del siglo, un príncipe, que perseguía a un jabalí, llegó hasta sus alrededores. El animal herido, para salvarse de su perseguidor, no halló mejor escondite que la espesura de los zarzales que rodeaban el castillo. El príncipe descendió de su caballo y, con su espada, intentó abrirse camino. Avanzaba lentamente porque la maraña era muy densa. Descorazonado, estaba a punto de retroceder cuando, al apartar una rama, vio... Siguió avanzando hasta llegar al castillo. El puente levadizo estaba bajado. Llevando al caballo sujeto por las riendas, entró, y cuando vio a todos los habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en el patio, pensó con horror que estaban muertos, Luego se tranquilizó al comprobar que solo estaban dormidos. "¡Despertad! ¡Despertad!", chilló una y otra vez, pero en vano. Cada vez más extrañado, se adentró en el castillo hasta llegar a la habitación donde dormía la princesa. Durante mucho rato contempló aquel rostro sereno, lleno de paz y belleza; sintió nacer en su corazón el amor que siempre había esperado en vano. Emocionado, se acercó a ella, tomó la mano de la muchacha y delicadamente la besó... Con aquel beso, de pronto la muchacha se desesperezó y abrió los ojos, despertando del larguísimo sueño. Al ver frente a sí al príncipe, murmuró: ¡Por fin habéis llegado! En mis sueños acariciaba este momento tanto tiempo esperado." El encantamiento se había roto. La princesa se levantó y tendió su mano al príncipe. En aquel momento todo el castillo despertó. Todos se levantaron, mirándose sorprendidos y diciéndose qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta, corrieron locos de alegría junto a la princesa, más hermosa y feliz que nunca. Al cabo de unos días, el castillo, hasta entonces inmerso en el silencio, se llenó de cantos, de música y de alegres risas con motivo de la boda."

Es lo que encontré..

Nos vemos

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