Cuento (Joel B.)

Por fin se había logrado, ya nada volvería a ser como antes, todo sería distinto. La presión, el poder, las alianzas, todo es una cuestión, que fue pasada y se vive en el presente, con consecuencias en el futuro. Hoy estoy aquí, descansando frente al hogar, obviamente apagado, por el calor sofocante, pero mañana, en los primero destellos del alba, otra vez saldré a la batalla y no una batalla con armas automáticas o bombas destructoras, sino con la única fuerza en la que tenemos mayor a ellos, la palabra, el discurso, arma punzante que en un instante puede derrumbar el mayor de los muros, ya está todo preparado, todo, incluso la improvisación. Tendremos que establecer y mantener nuestras relaciones, pero todo esto lo pienso hoy, pero mañana, es otro día, todo cambia, mañana quizás abro los ojos y vuelvo al destierro en México. Por lo menos estoy aquí sentado, es inaudito, que con nuestra buena actitud podremos desvalorizarnos, ya que lo que hicimos es más que mucho, no hubo quién llegue tanto como nosotros, así que hoy paso la noche tranquilo, en casa presidencial, otros están afuera, revolucionados como un babosa que logra salir de su caracol, quienes con gran entusiasmo basan todas sus ilusiones en mí, el futuro de Cuba, está prácticamente en mi manos. Y la humedad, que no me deja dormir, como si no tuviese suficiente, me trae a estos mosquitos que revolotean alrededor insaciables de sangre humana pero seguro que ellos serán los últimos que toquen al comandante, esto fue una revolución, y como dicen los antiguos aborígenes "revolución, revolución será". Habrá muchos cambios, imagino una nación, como las que siempre quise, que solo pensaba que existía en sueños, donde los ideales socialistas crezcan como los árbol frutales de nuestra Habana, donde un chico no sepa más que otro porque su padre tiene más billetes en la billetera, o porque lo atiendan mejor en un hospital por estar en una empresa importante, será un trabajo duro pero seré inflexible, tendré que ser la autoridad máxima hasta el fin, los cambios son gracias a cambios, no importa si no les gusta venceremos, lucharemos contra un mundo entero hasta contra los mismos molinos de Quijote si hace falta, entregaré la vida, antes de un cambio de ideales, antes de ver a mi amada Cuba con un dirigente liberal, no podría resistirlo. Resistiré todo intento de cambios, ya que más que por mí, es por el pueblo, la gente cubana que desea vivir correctamente, pues ahora descansaré para continuar la guerra con la que he empezado y debo terminar, la mayoría del pueblo cubano me necesita y aprecia, y lo haré por ellos, por ellos y por Cuba.